1. Haz la paces con el placer de comer
Comer es una fuente de placer y satisfacción. Al disfrutar plenamente de tus comidas, activas la liberación de endorfinas en tu sistema digestivo, esas sustancias mágicas que te brindan bienestar y alivian el dolor. Estas endorfinas no trabajan solas, ya que también se liberan enzimas digestivas que facilitan la absorción de nutrientes. Al saborear, oler y disfrutar de cada bocado, mejoras tu digestión, te sientes más saciada y reduces la pesadez estomacal. La biología está de tu lado: al disfrutar de tus comidas, no solo te sientes mejor emocionalmente, sino que también mejoras tu salud digestiva y absorción de nutrientes. Así que tu tarea es clara: ¡disfruta más de cada comida!
2. Enfocarte en lo que anhelas, y no en lo que no deseas
La fuerza de voluntad no debería ser una batalla constante contigo misma, puesto que se agota. Forzarte a hacer algo que no deseas puede ser agotador y contraproducente. En lugar de depender de la fuerza de voluntad unicamente, crea una visión inspiradora de tu futuro. Imagina cómo te sentirás, cómo te verás y qué harás cuando hagas las paces con tu cuerpo y tu relación con la comida sea consciente. Esta visión poderosa te motivará y te llevará hacia adelante de manera natural. Pregúntate: ¿Cómo te gustaría vivir? ¿Cómo te sientes en tu cuerpo? ¿Qué actividades disfrutas? Deja que esta imagen te inspire y guíe tus acciones diarias, transformando la lucha en un viaje motivador y lleno de propósito.
3. Elimina las restricciones y cultiva la escucha a tu cuerpo
Prohibirte ciertos alimentos solo aumenta tu deseo por ellos y genera tensión. En lugar de imponer restricciones, permítete disfrutar de todos los alimentos con moderación. Saber que tienes la libertad de elegir lo que comes reduce la obsesión y te proporciona paz mental. La clave está en encontrar un equilibrio y escuchar a tu cuerpo. Al darte permiso para comer lo que realmente deseas, disminuyes la ansiedad y el deseo compulsivo, lo que te permite disfrutar de una relación más saludable y relajada con la comida. Este enfoque promueve la paz interior y te ayuda a mantener hábitos alimentarios equilibrados.
4. Valora el proceso, cada paso que das, y no solo el resultado
Fijarte solo en el objetivo final puede ser desalentador, especialmente cuando los resultados tardan en llegar. En cambio, enfócate en cada pequeño paso que das y celebra tus logros diarios. Cada esfuerzo por cuidarte es valioso y merece ser reconocido. Al valorar el proceso en lugar de solo el resultado, reduces la frustración y aumentas tu motivación. Este enfoque te permite disfrutar del camino hacia tus metas, transformándote en una persona más saludable, segura y poderosa. Recuerda, cada pequeño avance es un paso hacia la transformación total.
5. Cultiva el amor propio y la autocompasión.
Dejar de lado la autocrítica y comenzar a amarte a ti misma es fundamental para cualquier cambio positivo. La idea de que solo te amarás cuando alcances tus metas es dañina y contraproducente. En lugar de eso, empieza a tratarte con amabilidad y compasión ahora mismo. Reconoce que eres merecedora de amor tal como eres, sin condiciones. Este amor propio se convierte en una fuente de motivación poderosa para cuidarte y alcanzar tus objetivos desde un lugar de amor, no de odio. Al iniciar una relación de amor y respeto contigo misma, te abres a un bienestar genuino y duradero.
Conclusión
Mejorar tu relación con la comida y la ansiedad no es un proceso de un solo paso, sino un viaje continuo. Al incorporar estas estrategias en tu vida diaria, puedes transformar tu relación con la comida y contigo misma, encontrando paz y satisfacción en cada bocado y en cada momento. ¡Empieza hoy y descubre el poder de una relación saludable y equilibrada con la comida!
Vente conmigo al retiro terapéutico para TCA en India este noviembre para mejorar tu relación con la comida. Si necesitas más información no dudes en contactar conmigo. Reserva ya tu plaza!!
Tatiana Muñoz
Comments