“Así como piensas, así es tu vida.
Siembra un pensamiento, cosecha una acción.
Siembra una acción, cosecha un hábito.
Siembra un hábito, cosecha un carácter.
Siembra un carácter, cosecha un destino”
Nuestros pensamientos cobran fuerza cuando se repiten. Si nos repetimos insistentemente una idea, como que estamos gordas, o que somos una persona insegura, ese pensamiento se grabará en nuestro inconsciente, convirtiéndose en una verdad absoluta. El pensamiento repetido se convertirá en acción. Así, si pensamos que estamos gordas, tendremos cada vez más necesidad de comer.
Pero si sustituimos nuestros pensamientos negativos por otros positivos, descubriremos que podemos sentirnos tal y como deseamos si los repetimos. Podemos reprogramar nuestro pensamiento.
Una de las mejores técnicas es acostumbrar a nuestra mente a sustituir nuestros pensamientos negativos por otros positivos a través de las afirmaciones.
Las afirmaciones son enunciados positivos sobre cómo queremos ser y que sea nuestra vida, formulados en tiempo presente y en primera persona. Es lo contrario a una autocrítica. Las afirmaciones se pueden repetir en silencio o en voz alta.
Las afirmaciones positivas son las semillas de la felicidad. En principio parece algo tan pequeño no puede generar ningún cambio, pero si las regamos con las repeticiones modifican nuestra vida (nos hacen florecer).
Cómo se practican las afirmaciones:
Dibuja en un folio dos columnas. Escribe en una los pensamientos negativos que tienes sobre ti, y en la columna de al lado expresa ese mismo pensamiento pero de forma contraria.
Ejemplos:
Estoy gorda——————-Me siento guapa y atractiva
Soy muy nerviosa————Estoy completamente relajada
No soy capaz————- Tengo confianza en mis capacidades
No merezco tener suerte———–Merezco toda la suerte que me trae la vida
Soy un desastre—————-Me acepto y me apruebo
No importa si no te crees el pensamiento positivo. Sigue repitiendo la afirmación hasta que casi no tenga connotaciones para ti. De este modo, el hemisferio izquierdo dejará de analizar y juzgar el pensamiento, y el hemisferio derecho aceptará como valido el enunciado.
Un truco es escribir en una nota las afirmaciones o pensamientos positivos y llevarla siempre contigo en la cartera, para leerla varias veces al día. Puedes comprometerte a repetir 15 veces la frase positiva, cada vez que veas la nota.
Tatiana Muñoz
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