No te rindas...a veces parece que ya no hay salida, pero si perseveras quizá los elementos adversos de la vida se conviertan en fortalezas, o descubras nuevas habilidades que hasta ese momento no se habían materializado. Los "superpoderes internos" aparecen cuando las necesidades y limitaciones los activan.
Hace mucho alguien me contó un cuento, el de la "ranita perseverante". La imagen de esa ranita fue muy potente y sanadora para mí. Se convirtió en una energía con la que sintonizar en mis momentos de perder la fe en mis fuerzas. Me sirvió para cambiar una creencia muy limitante en aquellos momentos sombríos.
Erase una vez dos ranitas que cayeron en un gran cubo de nata. El bidón era tan alto que a pesar de sus saltos no podían salir y había demasiada nata como para poder posar sus patitas en el fondo.
Las dos movían con rapidez sus patas para salir del cubo y no morir ahogadas, probaban opciones diferentes para escapar, pero nada daba resultado. Comenzaban a desesperar
Hubo un momento en que una de ellas dijo: es imposible salir de aquí por mucho que nos esforcemos, hagamos lo que hagamos vamos a morir igual. Yo ya no puedo más, me rindo. Y dejó de saltar, dejándose morir.
La otra ranita, que tenía ganas de vivir y que no desistía con facilidad, decidió no rendirse y se negó a dejarse morir. Y siguió saltando y saltando y saltando. Y de pronto la nata espesa comenzó a convertirse en mantequilla, y pudo apoyarse en ella para dar un impulso y salir del bidón de leche.
No pierdas la esperanza, a veces la vida es como esa nata, con sus enfermedades y sus pérdidas, y nos absorbe en un profundo dolor, pero si sigues y sigues luchando, las circunstancias cambian, o tu manera de verlas y estar en ellas.
Tatiana Muñoz
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