¿Por qué no aprovechar ese momento relajan de la sobremesa para meditar con una buena taza de te o de café?
La presencia se iniciaría desde el momento en que decidimos preparar nuestra bebida caliente.
Nos sentamos cómodamente y acercamos la taza a la nariz aspirando su aroma. Mantenemos el tiempo de la inhalación por un tiempo mayor de lo habitual, de forma lenta y profunda. Repetimos esa inhalación a la vez que escuchamos el sonido que produce esa sutil entrada de aire en nuestros pulmones.
Agarramos la taza con las dos manos y volvemos a hacercarla a nuestra nariz. Cerramos los ojos para percibir su aroma. Observamos nuestras sensaciones, y permanecemos oliendo la bebida unos instantes.
Probamos un sorbito de nuestro te. Estamos plenamente atentos a su temperatura, a las sensaciones en los labios, en los dientes, la lengua, el paladar, la garganta…Observamos qué le sucede a nuestro cuerpo…Sentimos…
Dejamos la taza en la mesa y la observamos mientras somos conscientes de nuestra respiración.
Integramos en una secuencia todos esos momentos de presencia: aspiramos el aroma del te, nos calentamos las manos con la taza, bebemos un sorbo y depositamos la taza en la mesa.
Somos conscientes de cada paso, somos uno con el aroma, el gusto, el tacto, la vista…Estamos plenamente atentos.
Seguro que nunca antes te gustó tanto tu infusión favorita!!!
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