¿Te has sentado alguna vez a meditar y, en lugar de encontrar paz, sentiste que tu mente se convirtió en un huracán y las emociones te agobiaban? Tranquil@, no estás sol@. Meditar puede ser complicado, sobre todo si en tu vida no has tenido suficientes momentos de "corregulación". Este término básicamente significa sentirte en calma porque estás con alguien que te transmite tranquilidad, como cuando te abrazan o te escuchan de verdad.
¿Por qué nos cuesta tanto relajarnos?
Si no has tenido muchas experiencias de corregulación es posible que tu cuerpo haya aprendido a estar en modo "supervivencia" todo el tiempo. En lugar de relajarte cuando estás en silencio y soledad, tu cerebro sigue en modo alerta, como si algo malo pudiera pasar en cualquier momento, repasando lo vivido, y planificando lo que tienes que hacer. Así que, cuando intentas meditar, tu corazón no se relaja, ¡se acelera!. Tu mente cae con más facilidad en la red neuronal por defecto, alterada y ruidosa. El silencio, en lugar de ser reconfortante, puede parecerte incómodo o incluso aterrador.
La Terapia: tu espacio seguro para aprender a relajarte
Aquí es donde entra en juego la terapia. Imagina tener un espacio donde alguien te escucha, te comprende y te ofrece un refugio de calma. En la terapia, experimentas esa corregulación que quizás no tuviste antes. Sientes esa tranquilidad que viene de saber que alguien está ahí para ti, y poco a poco, empiezas a aprender a ofrecerte esa misma calma a ti mismo. Aprendes a "autorregularte"
La terapia no solo te ayuda a sentirte seguro en el momento, sino que te enseña a cultivar herramientas para cuidar de tu niño interior. Ese niño interno que a veces se siente asustado o inseguro, necesita que el adulto sabio y amoroso que hay en ti le diga: "Está bien, estoy aquí para ti". Este diálogo interno, donde el adulto cuida al niño, es lo que nos permite autorregularnos desde un lugar de calma y conexión, en lugar de desde la supervivencia.
Cómo empezar a disfrutar del silencio (Sin estresarte)
El primer paso para disfrutar del silencio es crear más momentos de corregulación en tu vida, ya sea en terapia o con personas que te hagan sentir seguro. A medida que practicas esta seguridad, podrás empezar a experimentar la meditación de una manera completamente nueva.
El silencio dejará de ser incómodo y se convertirá en un espacio de conexión profunda contigo mismo. Es util meditar en grupo, porque conectas con tu propio silencio interno, pero en presencia de otras personas que te dan calma.
Meditar no se trata solo de sentarse en silencio y esperar que la paz llegue como por arte de magia. Es un proceso que empieza con sentirte seguro en el mundo, con los demás y con uno mismo, para después alimentarlo con el silencio, y la terapia puede ser un punto de partida crucial. Al final, descubrirás que el silencio y la soledad pueden ser tus mejores aliados, no tus enemigos, cuando aprendes a ofrecerte a ti mismo la calma y la seguridad que necesitas.
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