Nadie es indifente a la comida. Todos la necesitamos, todos “dependemos” de ella.
Desde que llegamos a este mundo hacemos una profunda asociación entre comida y placer. El dolor emocional se calma, aunque sólo sea a corto plazo, con comida, con alcohol o con otras drogas..
Te invito a que hagas esta semana un ejercicio: Antes de empezar a comer en tus 5 comidas principales o en cualquier picoteo, para y haz dos respiraciones profundas. Pon tu mano sobre el estómago y pregúntate: ¿realmente tengo hambre? ¿de dónde viene mi deseo de comer? ¿dónde siento mi hambre? ¿qué es lo que en realidad quiero? Cuando empieze a comer de vez en cuando vuelva a preguntarse, confirma tu nivel de satisfacción. Recuerda que es preferible no comer más de 3/4 partes de la capacidad de tu estómago. Nuestro cuerpo sabe cuánto necesitamos. Nadie puede o debe decirle cuánto debe comer, ni cuánto debe pesar. Sólo necesitas tomar conciencia de la sabiduría interna de tu cuerpo.
Tatiana Muñoz
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