El trabajo con tu niño interior conlleva hacer una revisión del pasado, de tus vivencias con mamá y papá, pero no para echar las culpas a tus padres o figuras significativas de la infancia, sino precisamente para salir de la queja de lo que no te dieron, al convertirte ahora en el padre y la madre que tú necesitas para ti mismo.
¿Cómo ser tu propio padre y madre? ¿Cuáles son los atributos y cualidades que has de tener más presentes?
Te propongo un ejercicio para empoderarte y trabajar con tu niño interior.
Busca una foto de cuando eras pequeño, con menos de 7 años. Observa lo pequeño que eras, y cuanto necesitabas que te cuidaran, escucharan , atendieran, valoraran y te dieran amor y protección. Mirando la foto, recuerda lo especial y maravilloso que eras de niño. Ese pequeño sigue en ti. De niño dependías de tus padres para cubrir tus necesidades, pero ahora como adulto tienes la responsabilidad de nutrirte y amarte a ti mismo.
Vuelve a situarte en el niño que fuiste y desde esa mirada recuerda cómo eran tus padres.
¿Qué características te resultaron positivas de tus padres?
¿Qué cualidades hubieras necesitado de tus padres que ellos no tuvieron contigo?
¿Qué necesidades afectivas quedaron insatisfechas?
Escribe esas características en tu cuaderno. Una columna para cada uno, una para papá y otra para mamá. (mira los ejemplos)
Esos aspectos no definen a tus padres, sólo describen lo que tú has vivido desde tu mirada de niño, y nos sirven de partida para observar las carencias afectivas y necesidades que a partir de ahora tú vas a cubrir en ti.
Describe qué es lo que hubiera necesitado tu niño interior de tu madre y de tu padre. Estos son los atributos y características que necesitas desarrollar en el presente para cuidarte y protegerte a ti mismo.
Para un instante y respira:
¿Cómo eres tú contigo mismo?
¿El trato que te das a ti se asemeja a la primera columna de las características que te hacían daño de tus padres o a la segunda (lo que hubieras necesitado)?
¿De quién repites más conductas o actitudes, de tu padre o de tu madre?
En muchas ocasiones aquello que más daño nos hacía seguimos haciéndolo con nosotros mismos o con otros. (Nos seguimos criticando como fuimos criticados).
Aquellas carencias nos marcan la guía de lo que ha de ser nuestro propósito en esta vida: dejar atrás esos automatismos, fruto de la inconsciencia y de rechazar aspectos de nuestros padres y por lo tanto tenerlos aun más presentes.
Vamos a ser nuestra mejor versión y a nutrir las áreas que quedaron insatisfechas.
Vamos a construir un vinculo sano y seguro con nosotros mismos.
Aportarnos lo que nuestros padres no pudieron darnos se convierte en nuestro propósito interno.
Va a ser la guía para reconectar con nuestro Yo Profundo.
Entonces ¿Qué características necesita tu niño interior de ti?
¿Qué aspectos hubieras necesitado de tus padres que ahora vas a darte a ti mismo?
Haz un pequeño listado.
Vas a ser ese adulto amoroso que permita a tu niño interno vivir de acuerdo a tu verdadero Yo para poder renunciar a tus máscaras y heridas. Con esta acción dejas atrás la queja hacia tus padres por lo que no pudieron darte.
No puedes hacer que ellos sean diferentes pero sí puedes coger las riendas de tu vida al activar a tu padre y madre interior. Tu niño necesita amor, compasión, cuidado y también protección y limites.
Activas en ti el arquetipo del padre protector y la madre amorosa y cálida independientemente de que seas un hombre o una mujer, puesto que ambos arquetipos están en el interior de todos nosotros y son dos caras de una misma moneda.
Tu padre interno protector es la energía guerrera que te ayuda a poner limites al mundo exterior. Te aporta asertividad, disciplina y valores. Te ayuda a dejar atrás la simbólica casa de tus padres con sus mandatos, y emprender el camino hacia tus elecciones personales.
Tu madre interna es la energía amorosa y compasiva que cobija, da calor y ternura. Ese amor va a permitirte la espontaneidad en el sentir, en estar en contacto con tus emociones, observarlas y validarlas. De la autoaceptación surge la pasión y la curiosidad, la expresión creativa de nuestro ser.
Nuestro niño, nuestra parte emocional, requiere que nos comprometamos con él y creemos unas condiciones de seguridad y protección.
¿Cómo me comprometo a tratar a mi niño interior en los momentos de vulnerabilidad e indefensión?
Él necesita protección para no ser herido fisicamente ni emocionalmente, para no ser criticado, ni culpado. Para no ser avergonzado ni humillado. Para no tener que hacerse cargo de los demás. Para no tener miedo de ser rechazado o abandonado…
¿Qué situaciones actuales pueden activar esos momentos de indefensión? ¿Hay personas o circunstancias que vulneren a tu niño interior, que eres tú?
Ten presente que quieres proteger a tu niño.
¿De qué manera puedes proporcionarle esa protección? ¿Cómo requiere que le respondas a alguna persona en concreto?
Si te ha gustado sígueme en Instagram para encontrar más post como este.
Comments