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Foto del escritorTatiana psicóloga

Técnica focusing paso a paso:gestiona tus emociones


El focusing es una herramienta psico-corporal amable, sencilla y eficaz para gestionar las emociones.


La técnica del focusing se emplea dentro de las sesiones de terapia, pero también puedes usarla tú mism@, porque es autoaplicativa. Te cuento paso a paso cómo hacerlo.


Emplear el focusing nos ayuda a:

  • Entrar en contacto con la conciencia corporal (la sensación sentida)

  • Confiar en que nuestras sensaciones interiores se asocian a situaciones específicas que las han desencadenado

  • Expresar e identificar las emociones adecuadamente

  • Aprender que escuchar a nuestras emociones es más conveniente que ignorarlas o negarlas, aunque sean dolorosas.

  • Autorregular las emociones según las situaciones y expresar los sentimientos de forma más acertada

  • Superar los bloqueos emocionales

  • Aliviar y reducir la ansiedad


El focusing es un proceso de toma de conciencia corporal y emocional, que trabaja con la experiencia corporalmente sentida y nos ayuda a gestionar las emociones.


Es el proceso de “enfocar”, de encontrar esa “sensación sentida” que todos tenemos en nuestro cuerpo que sabe muchas cosas de nosotros y de lo que nos pasa.


El focusing nos permite crear una relación de comunicación y confianza con el cuerpo, y conocer y aceptar la realidad de nuestro momento vital. Nos enseña a escuchar los mensajes de las emociones cuando aún son sutiles, antes de que necesiten convertirse en síntomas para que los escuchemos.


Tiene su origen en Eugene Gendlin, y es una técnica amable, auto-aplicativa y abierta. Es más sencillo realizar ésta técnica si ya la has vivido previamente en una terapia, pero podemos hacer focusing también por nuestra cuenta. ¿Te animas a practicarlo?


Infografia que describe paso a paso la técnica de gestión emocional Focusing
Focusing: técnica de gestión emocional

"Focusing" paso a paso:


Paso 1. Dirige tu atención hacia tu interior.

Tomamos contacto con nuestro cuerpo para conectar con nuestra Conciencia Corporal.

Hacemos un chequeo corporal, con los ojos cerrados, para ir sumergiendo nuestra atención al interior. No es necesario relajarnos, sólo conectar con el cuerpo.


Sentimos los pies en contacto con el suelo…, nuestro cuerpo en contacto con la silla…, observamos nuestra respiración…

Tomamos contacto con el torso, el pecho y el área del estómago…


Paso 2. Escuchamos al cuerpo, a las sensaciones sentidas. Podemos preguntar ¿Qué pide atención en mi cuerpo en este momento? ¿Qué necesita ser expresado?...


Y damos un tiempo, presentes en la respiración a que aparezca. Esperaremos respetuosamente a ver qué viene. Será el cuerpo, y no la mente quien responda. Puede ser un cosquilleo, una tensión, una zona contraída, un dolor…


¿Qué sensación ocurre? Mantente ahí. No la evites, deja que se presente. Observa. Respira.

¿Hay alguna palabra que describa la sensación?( ¿Es como un bloque de hielo, como una bola, como un picor…?) Buscar esa palabra nos ayuda a intensificar la conexión con la sensación sentida.


¿Dónde lo sientes? ¿Cómo es?

Una vez que encontramos algún símbolo que se corresponde con la emoción sentida notaremos una sensación de alivio. Le daremos el tiempo que haga falta. Seremos amables con lo que aparezca, aunque sea una sensación desagradable. .Ese “algo” nos relatará su propia historia.


Paso 3. Despejamos espacios, sacándo fuera lo que hemos visto y sentido.

Hacemos una amable invitación para poder sacarlo fuera y tomar distancia con lo observado. Así descongestionamos el área.


“Mira a ver si puedes tomarlo y colocarlo a una distancia que te sea cómoda y segura para poder atenderlo”


(Es como imaginar una estantería transparente delante de ti y dejar allí esa sensación, que al salir de ti tendrá una forma, aunque sea abstracta.)


Paso 4. Trabajamos con lo que ha aparecido. Procuramos generar empoderamiento, verte y sentirte más grande que la sensación. ¿Eres más grande que ello…? ¿Puedes ver que eso no eres tú?

Si han salido varias emociones sentidas es el momento para elegir la más relevante de todas ¿Cuál es la que pide más atención? ¿Cuál duele o molesta más?


Paso 5. Generamos un asidero: Acogemos la emoción sentida, la atendemos y la ponemos un nombre.

(Si por ejemplo salió una bola que estaba en tu estómago, una barra que estaba en tu espalda y algo viscoso que estaba en tu garganta, eliges lo que más te llama la atención ahora que está todo frente a ti)


¿Qué emoción se forma en tu cuerpo viendo la sensación ahí, frente a ti? ¿Dónde lo sientes dentro de tu cuerpo? ¿Qué es lo que sientes?


¿Qué forma tiene la sensación que ahora está fuera de ti? ¿De qué color es? ¿Es caliente o fria?…

Deja que una palabra o imagen aparezca junto a la sensación. Dale la oportunidad de expresarse a través de una palabra, un color,…¿Resuena bien su nombre? ¿Se ajusta? 


Repetimos el nombre y buscamos el que mejor resuene. Es ver si verdaderamente la palabra, imagen o símbolo encaja con lo que sentimos dentro de nuestro cuerpo. Si encaja hará de “asidero”, nos permitirá “sujetar bien” la sensación sentida y mantenerla dentro de nuestra conciencia. Si la descripción encaja nuestro cuerpo nos lo confirmará. La respiración se hace más profunda, nos estremecemos, o nos sentimos liberados.

Puede que el nombre sea “asco”, “don perfecto”, “tristeza”…


Paso. 6. Puedes hacerle diferentes preguntas, explorar: ¿Qué necesita?¿Qué quiere de tí? ¿Cuál es su misión? ¿De qué te protege?¿cómo te ayuda? ¿Qué mensaje tiene para tí?

¿Qué es lo peor de esto?

¿Te resulta familiar esta sensación?

¿Qué postura te pide? ¿Estarías más comod@ cambiando algo en la posición de tu cuerpo?

¿Qué le preguntarías a esa sensación?

¿Desde cuándo está contigo?

¿Qué quieres hacer con ésto?


Paso 7. Para cerrar preguntar ¿Está bien para ti el dejarlo aquí?

Acogemos y agradecemos lo que hemos vivido, y notamos los cambios corporales tras el focusing, sobretodo tras despejar espacios.



El focusing no sólo se emplea en adultos. De hecho en niños es totalmente recomendable usarlo, porque se les muestra una habilidad desde pequeñitos para ser más conscientes de las señales de su cuerpo, a escuchar la sabiduría que todos tenemos en nuestro interior. En los niños se emplea sobretodo el dibujo tipo garabato para sacar fuera la sensación sentida, y gran parte de la técnica se hace con los ojos abiertos, pero en esencia es lo mismo.


¿Hablamos? Escríbeme a mi email tatiana@psicologatatiana.com si quiere concertar una sesión o te apetece venir a mis retiros en India.


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